Trujillo, Perú .-En sólo algunas semanas se podrá conocer a quien será el representante del Perú. Y aunque la población está aún bastante dividida, yo por fin opté por lo que podría considerarse el mal menor, es decir, Keyko Fujimori.
Tras una larga campaña, donde sin lugar a dudas la carga más pesada fue el tener que cargar con el fantasma de los actos delictivos de su padre durante su gobierno, supo demostrar a viva voz, con valentía y no con la cobardía (como sí lo hizo su contrincante Ollanta Humala), pero sobre todo sin esconder la cabeza, de que está orgullosa de ser hija de Alberto Fujimori, y eso desde mi punto de visto, es un acto hidalgo.
Lejos ya del asunto del ser o no hija de un corrupto, y centrándonos en su plan de trabajo, una de las propuestas que me parece pertinente es su postura frente a la libertad de expresión, me parece atinada, pues no permitirá que se trasgreda este derecho.
El plan de trabajo en cuanto a alimentación, educación, salud, etc. es bueno y rescatable, además de sustentable, ya que ha demostrado fehacientemente los fondos con los que trabajará.
Definitivamente, la batalla es ardua y peleada, ambos candidatos tienen cosas buenas y malas. Sin embargo, como reza un dicho popular: ´es mejor un choro conocido, que uno por conocer´. Dejemos que el pueblo decida.
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